El Jacmelien
Marcada por una educación religiosa y la pérdida prematura de su padre, la juventud de René Depestre en Jacmel fue un terreno fértil donde este genio literario supo desarrollar con éxito su inmenso espíritu creativo en sus escritos.
Es innegable la influencia de Jacmel en la carrera literaria de Depestre. De hecho, la ciudad natal juega un papel crucial en su obra. La belleza de sus playas, el pudor de sus jóvenes y los grandes mitos tradicionales de la cultura haitiana le dan a este lugar un carácter único en su labor. En su gran novela "Hadriana en todos mis sueños" (1988), Jacmel trasciende su condición de ciudad para convertirse en una metáfora de la cultura haitiana, transformando sus contradicciones en un personaje romántico. A través de sus historias, Depestre explora los matices de su país perdido, una patria que quedó atrás debido a la pobreza y a las políticas que constantemente empujan a los haitianos de su categoría hacia otros lugares. Si se marcha, como está previsto en el calendario haitiano, Jacmel y la tierra de Haití seguirán siendo un lugar inolvidable e irremplazable en su corazón.